El brutal comienzo de la séptima temporada The Walking Dead no defrauda

El comienzo de la séptima temporada de The Walking Dead pudo enfadar, pero no defraudar a ninguno de sus seguidores. La resolución del fin de la sexta entrega dio como fruto uno de los capítulos mejores de la serie de AMC. ¡SIN SPOILERS! No solo fue intenso, sino brutal hasta llegar a ser desgarrador y traspasar los televisores para retorcer las entrañas de los espectadores. Daba igual si se empatizara o no con los damnificados, la maldad fría, seca y calmada de Negan chocaba con las emociones, las lágrimas y los nervios del grupo liderado por Rick Grimes, Andrew Lincoln, inmenso en el capítulo.

Negan no defraudó a nadie y sería de justicia que Jeffrey Dean Morgan estuviera nominado a los Emmys el próximo año, que lo ganara y que rompiera la «maldición» que existe con The Walking Dead cuyo éxito de audiencia no se ha visto correspondido en lo que se refiere a premios. Dicen que los que votan no ven la serie de AMC, pero probablemente este capítulo sí lo vean.

A la altura del betún quedó el Gobernador con la irrupción de Negan, su querida Lucille y la banda de actores secundarios dementes que no cuestionan sus órdenes. Si el comienzo fue malo, todo indica que lo peor está por llegar en The Walking Dead, que ya ha sido renovada por una octava temporada.

Jeffrey Dean Morgan ha revelado que el rodaje del capítulo que abría la séptima temporada fue tan angustioso para los miembros del reparto que él quería dejarlo y marcharse. «Todo fue duro. Llegué a un punto en que no quería hacerlo más. Emocionalmente estaba completamente drenado, todos lo estábamos», explica en unas declaraciones a la revista Interview que recoge el Daily Mail. Lo que para los espectadores fueron 40 minutos de angustia para los actores fueron 10 días de rodaje en los que no lo pasaron nada bien.

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