Kike Sarasola vive mañana la entrega más emotiva de Este hotel es un infierno

Kike Sarasola vive mañana, martes 7 de marzo la entrega más emotiva de Este hotel es un infierno en DMAX a partir de las 22:30 horas. El Hotel Clibomar en Gandía es un negocio familiar que ha pasado de padres a hijos durante tres generaciones. Surgido en pleno auge turístico en la costa valenciana en los años 60, este hotel está a pocos metros del paseo marítimo de Gandía y cerca del campus universitario de la ciudad.
Sarasola se traslada hasta esta conocida localidad costera para averiguar qué ocurre y ayudar a sus propietarios a salvar el negocio. Pero los problemas que afectan a este hotel de playa son más complejos de lo que parecen y, por primera vez en el programa, Kike se planteará seriamente tirar la toalla. El hotel se ha quedado anclado en los años 60 porque los propietarios apenas han realizado reformas o tareas de mantenimiento en las instalaciones desde que el establecimiento abrió sus puertas, sin embargo, el potencial del Hotel Clibomar es innegable: «El hotel tiene muchísimas posibilidades. Estoy seguro que con trabajo y los consejos que le hemos dado a Rafa va a conseguir que su hotel vuelva a funcionar a pleno rendimiento», asegura el hotelero.
Rafa, el actual propietario del hotel, es el encargado del mantenimiento de las instalaciones, que siguen invariables desde hace 40 años, con el evidente deterioro que eso implica. Aunque él asegura que su trabajo le gusta, el pasotismo que muestra cada vez que tiene que reparar una avería o solucionar un problema. Mientras tanto, Rosa, su mujer, se encarga de todo lo demás: gestiona las reservas, atiende la recepción, se encarga de la lavandería, etc. Este desigual reparto de las tareas y la actitud despreocupada de Rafa en el hotel están comenzando a crear fisuras en el matrimonio.
No se anuncian en Internet, ni ofertan sus habitaciones a través de ninguna agencia y los beneficios que obtienen de la temporada alta de verano no son suficientes para vivir el resto del año. De hecho, el matrimonio y su hija han tenido que mudarse al hotel ante la imposibilidad de poder pagar el alquiler de su casa. Con este escenario, Kike no verá otra salida más que tirar la toalla y renunciar a ayudar a estos propietarios hasta que Rosa les cuenta la razón que les ha llevado a esa situación. Ella era secretaria de dirección y Rafa trabajaba como pastelero hasta que una de sus dos hijas enfermó gravemente y tuvieron que dejar atrás su vida. El padre de él les ofreció la posibilidad de mudarse a Gandía para trabajar en el hotel familiar y así poder pasar más tiempo con su hija. Pero cuando esta falleció, Rafa se volcó en la asociación que ha creado para luchar contra el cáncer infantil y a la que dedica la mayor parte de su tiempo y esfuerzo, sacrificando su trabajo y el tiempo que pasa con su familia.
Fuente | Foto | DMAX
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