La otra cara del Joker: el reflejo de una sociedad

El villano más conocido de la saga de Batman y criminal en El Caballero Oscuro vuelve a la pantalla de una forma nunca antes vista. El cruel antagonista cuenta esta vez su historia desde una perspectiva real, dejando de un lado la ficción, el personaje demuestra con una fría pero cierta veracidad, la otra cara de la moneda. Una película que más que mostrar el motivo de la transformación en el auténtico Joker hace hincapié en cómo el entorno, en ocasiones y mucha veces sin pretenderlo, lejos de tender la mano al que la necesita, rechaza y alimenta el odio de aquellos que no han tenido la oportunidad de ser más que sus circunstancias, de aquellos que han tenido que jugar con menos cartas que el resto y a los que se les exige que, aun así, deben seguir en el juego. La injusticia, la falta de empatía, la indiferencia hacia las enfermedades mentales y aquellos que las padecen y el abuso del poder hacia los más necesitados son algunos de los temas que han hecho de este film uno de los más aclamados por los espectadores.
Su director y coescritor, Todd Philips que, hasta hora, solo había centrado sus trabajos en comedias como Salidos de cuentas y la famosa trilogía Resacón en Las Vegas cambió el objetivo de dibujar sonrisas en los espectadores por dibujar la del propio protagonista y dejar a los espectadores sin gesto alguno. Pues la conmovedora y cruda historia de la otra cara del villano, ha calado muy hondo en la audiencia. El hecho de no seguir el patrón de los cómics y ofrecer una versión completamente distinta a cómo se presentan los personajes en este tipo de género, lejos de enfadar a la audiencia como presagiaba su creador, ha sido un auténtico descubrimiento para aquellos que ya han podido disfrutar de esta obra maestra del cine.
El Joker, que sigue arrasando en taquilla, está considerada entre unas de las diez películas más taquilleras del año en España y, según cuenta Javier Estrada en su artículo “Joker sigue aniquilando a sus rivales”, ya ha recaudado más de 20 millones de euros desde que fue estrenada en nuestro país. Además, en un fin de semana, en EEUU ha logrado sobrepasar los 18 millones, manteniéndose en una de las películas más vistas, así como en Argentina, donde superó el millón a las dos semanas de su estreno, América Latina y España, donde el público decidió acudir a las salas de cine el día del estreno a ver el nuevo Joker antes que ver los partidos de los favoritos de la liga. Además de romper record en taquilla, el film protagonizado por Joaquin Phoenix ha sido galardono con el León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia y ya es uno de los candidatos al premio Oscar.
La película, que narra la historia del hombre vestido de payaso y de una risa forzada que oculta su desesperación, esconde mucho más que un rostro. Pues entre los 120 minutos que dura el film, encontramos la transformación de un hombre que lucha humildemente por mantener estable su enfermedad mental, conservar su trabajo y atender lo mejor posible a su madre, y al que la verdad le estalla en la frente cuando le rompen a golpe de realidad la única balanza que lo libraba de su condición social y mental. Su verdad, la realidad hasta la que entonces había sido su refugio se ve quebrantada cuando la vida le muestra otra parte de su historia que, por mucho que él intente sobrellevar, acaba por sacar sus límites de la peor manera posible.
Este toque de realidad a los espectadores se ve reflejado en ciertas escenas que muestran la mueca del horror que causa la sociedad sin apenas ser consciente de ello. La falta de tacto ante un comportamiento que sobresalga de lo considerado lógico o racional convierte al individuo en un ser despreciable con sed de venganza, ira y revolución llevada al extremo. Entre algunas de las frases que salen de la sonrisa dibujada del personaje, encontramos devastadores mensajes, pero muy necesarios para concienciar a nuestra sociedad de la importancia de empatizar y ver más allá de lo que ven nuestros ojos: “La peor parte de tener una enfermedad mental es que la gente espera que te comportes como si no la tuvieras”, «¿Qué es lo que obtienes cuando te cruzas con un solitario enfermo mental en una sociedad que lo abandona y lo trata como basura?» “No imagino que mi muerte me traiga más dolor que mi vida”.
Paradójicamente, el hombre que se disfraza y enmascara su apariencia, se desnuda al completo en este film, que no tiene más objetivo que mostrar la cruda realidad de una sociedad movida por la apatía y el egoísmo. Una sociedad que deja en segundo plano el respeto y la humildad mirando hacia otro lado que no es más que el de ellos mismos. Y es que una historia siempre tiene más de una cara pues, decía Mahatma Gandhi que: “Existen tres enfoques en cada historia: mi verdad, tu verdad y la Verdad.” Esta historia, de la que solo sabíamos nuestra verdad, es decir, la faceta del personaje cruel y perverso del Joker, nos muestra los dos enfoques exiguos a los tres que cita el político y pensador hindú: su verdad, es decir, los motivos y las circunstancias que crean al personaje y la Verdad, que no es más que el reflejo de una sociedad carente de valores que proporcionen a los individuos más desfavorecidos las herramientas necesarias para su condición.
El Joker muestra la parte escondida del iceberg de la que hablaba Ernest Hemingway en su teoría, sacando a relucir las consecuencias de los comportamientos humanos. La empatía, que debería ser la primera condición para considerarnos humanos, podría cambiar el destino de aquellos que necesitan de ella para calmar sus monstruos. Pero por desgracia, para algunos, la vida sigue siendo un chiste: un acto cómico del que se ríen o no entienden.
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