
El loco y mágico mundo de True Blood dice adiós
Partamos de la premisa de que finalizar una serie es complicado y seguro que recordaréis más ejemplos que os hayan disgustado que de lo contrario. A veces tiene claro que el cierre de la historia te gusta, un ejemplo fácil es el de Breaking Bad, pero en otras ocasiones sientes que te han tomado un poco el pelo o decepción, quizás os pasó eso con Dexter o Perdidos. Sin embargo, existe un término medio que hace que acabes el último capítulo y no sientas ni frío ni calor.