
A principios de los noventa Ricky Gervais se encontraba trabajando como locutor para la emisora de radio local Xfm London y necesitaba un ayudante. Gervais se las da de vago, y entrevistó y contrató a la persona cuyo Currículo Vitae primero vio en el montón. El elegido era Stephen Merchant, quien marcaría su carrera para siempre.