Cuando NBC anunció la producción de un nuevo drama fantástico creado por Ronald D. Moore, los fans de Battlestar Galáctica no pudieron reprimir su gozo. Sentimiento que se fue incrementando a medidas que los rostros protagonistas de la famosa space-opera, como James Callis, Jamie Bamber y Tricia Helfer, fueron uniéndose a esta reunión improvisada.
La gran mayoría conocemos Wild Wild West por ese engendro/comedia del oeste protagonizado por Will Smith, Kevin Kline y Salma Hayek hace ya más de una década, y alguno de estos sabrán que esta irrisoria producción llena de estrafalarios efectos especiales era un remake de la clásica serie homónima de los 60, un super-éxito de CBS al otro lado del charco. Ahora el canal vuelve a intentar abrirnos la memoria para recuperar con una mirada moderna un oeste a cargo del encargado de renovar -y mejorarla sobre manera- Galáctica Ronald D. Moore y el antiguo show-runner de CSI Naren Shankar.
Rápido y mal, el próximo 26 de junio Fox estrena Virtuality, el nuevo proyecto del creador de Battlestar Galáctica, Ronald D. Moore; presentándolo como una película especial de dos horas, a pesar de que en un primer momento se planteara como el piloto de la próxima serie de ciencia-ficción del ahora solicitado guionista. No obstante, los ejecutivos de la cadena de Rupert Murdoch no parecen muy contentos con un producto demasiado dirigido a los seguidores del género, y han decidido posicionarlo en un panorama veraniego, casi convertido en un cajón desastre de las producciones maltrechas en las que no hay confianza.
Como muchos ya sabréis, un spin-off es ese término inglés que se utiliza en el lenguaje narrativo para describir un producto derivado de otro, pero éstos no siempre son una labor fácil de crear. Estas producciones pueden sufrir por no superar las expectativas nacidas del presumible éxito y calidad que su serie madre había conseguido, así como por no aportar nada nuevo a la historia o por ser un encargo del canal demasiado forzado. Entre tanto derivado televisivo éste ha sido muchas veces el caso, pero no pasa lo mismo con Caprica, que consigue mezclar con astucia puntos clave haciéndonos recordar a Galáctica al tiempo que crea una trama muy diferenciable y disfrutable por su propio relato.
Battlestar Galactica no es otra típica space-opera, como ha demostrado desde que empezara como una pequeña mini-serie hace 6 años. Los conflictos sociales, políticos y religiosos siempre han sido el eje principal de esta serie situada en un universo donde la filosofía pesimista sobre el comportamiento humana ha sido el motor de unas tramas que han reflejado los problemas reales de su buscada Tierra.
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